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Apariencias

Algunas veces en la vida siempre habrá personas que no nos agradan sin conocerlas, por las apariencias.
A veces nos molesta la personalidad de alguien sin conocerla, y la criticamos y juzgamos sin saber como es por dentro, pero uno no puede ser así.
Uno no puede juzgar y dejar de conocer una persona porque sea una persona roquera que se vea así como loca, porque no nos guste su vestimenta o cosas así, porque no sabemos como son por dentro, que es lo verdaderamente importante.
Lo importante de las personas no son sus apariencias.
Lo importante de una persona son sus sentimientos.
Lo que lleva por dentro, que puede ser que de esa persona a la cual criticamos tanto por su forma de vestirse u otros factores, sea de la que más aprendamos.
A veces la personas que mas criticamos y juzgamos son las que mas nos enseñan las cosas de la vida.
Por eso, antes de juzgar a las personas y criticarlas, debemos conocer sus sentimientos.
Porque debemos aprender a aceptar a las personas como son, ya que todos somos diferentes, pero lo único que deberíamos tener igual todos los seres humanos, es dejar de criticar y juzgar tanto, y permitirnos conocer nuevas personas con diferentes costumbres y diferentes estilos de vida.

Así que:

NO JUZGUES NI CRITIQUES A ALGUIEN ANTES DE CONOCERLA

El hombre que vendía la suerte.


Un hombre de apariencia bastante descuidada, se encontraba en la plaza pública de Timer. Allí vociferaba a los transeúntes:
hombre, joven, suerte, vida, optimismo, bondad, exito
- ¡Vendo la suerte! ¡Llévala, por cinco monedas! ¡Lleva la suerte!

Se encontraba cercano un joven filósofo, que acercándose al hombre le dijo:

- ¿Cómo es posible que usted venda la suerte a otros si ni siquiera cuenta con ella en su vida?

El desgarbado hombre bajó su cabeza, además de dejar de vociferar.

Joven, tiene usted razón, no puedo dar a otros de lo que no tengo – 
respondió con tono reflexivo-, pero su pregunta ¡Cuánta suerte trae hoy a mi vida!

El filósofo tomó su rumbo, y el hombre de la suerte ya la llevaba consigo.

Reflexiones:

- No podemos darle a otros aquello que no tenemos, aquello en lo que no hemos madurado o progresado; el optimista brinda optimismo; el exitoso contagia el éxitos; el espiritual inspira a otros; la bondad motiva más actos de bondad. De igual manera lo negativo engendra lo negativo, y esto conduce a un callejón sin salida: el autoengaño.

- La suerte 
está en el trabajo diligente, en un proyecto de vida adecuado, real; la suerte está en el esfuerzo inteligente, en la persistencia por aquellas metas nobles, que producirán su fruto en el momento preciso.


- Cada persona puede desarrollar un proyecto o plan de vida, el cual, si está orientado al bien, producirá frutos importantes para quienes le rodean o para la misma humanidad. Por lo demás, Dios siempre apoyará las buenas causas.